La espeleología es "descomplicada".
Seguimos explorando el Valle de Erro realizando y colaborando en distintos campos científicos e investigaciones. Podría parecer que nuestro trabajo es "complicado", pero no es verdad, es simple y descomplicado. Lo único que hacemos es movernos por el subsuelo y observar e intentar entender el gran mundo subterráneo que existe bajo nuestros pies. A esto tan apasionante también se le llama explorar. Y si de repente topamos con algo que pudiese ser de interés científico, lo fotografiamos sin tocar nada y lo protegemos para su estudio.
En nuestros últimos trabajos, estamos colaborando con un estudio en bioespeleología. Así empieza la historia de hoy, con uno de los estupendos quesos navarros. El mejor cebo para nuestros "pequeños dinosaurios vivientes". Se colocan los cebos en distintos puntos de la cavidad y en unos 30 días se recogen las muestras.
Estamos hablando de unos diminutos insectos que no se comen la materia orgánica directamente. Lo que les gusta en realidad son los mohos que descomponen la materia orgánica. Así que debemos dejar que el tiempo haga su trabajo.
Estos insectos que no necesitan de la luz solar para sobrevivir, llevan miles de años aclimatados a una vida que podría parecer del todo imposible desde nuestra forma de vida humana.
Todo trabajo tiene su esfuerzo y esta es la parte "complicada" de la espeleología. Para acceder a estos lugares, muchas veces hay que reptar, bajar o subir cuerdas, pasos estrechos, resaltes, etc... esfuerzo deportivo en colaboración con la ciencia.
El resultado es apasionante. De momento son los primeros colémbolos recogidos en esta zona de Navarra. Esta especie, perteneciente al género Pseudosinella, son un grupo de artrópodos hexápodos,
parecidos a los insectos, y se caracterizan por tener un órgano especializado para el salto. También se han recogido muestra de diplopodos (con forma parecida a un ciempiés).
En la toma de muestras también hemos contado con la colaboración del club espeleológico Kat Team de la localidad de Allo.
Que
un niño espeleólogo de 12 años descubra este pequeño insecto, es sin duda el fruto de la muchas colaboraciones de
divulgación que realizan clubs como Akerbeltzespeleo y sus colaboradores bioespeleólogos, los cuales han realizado mediante
talleres, la pertinente formación para que sepamos identificar y recoger
muestras para su estudio.
De la mano del bioespeleólogo navarro Enrique Beruete Azpilikueta, se toman las diferentes muestras con un tubo provisto de un filtro y mediante aspiración se pasan al alcohol para su conservación.
Al mismo tiempo que acompañamos a Enrique con su estudio, otr@s compañer@s realizan trabajos de exploración y topografía dentro de la misma cavidad. Un trabajo apasionante pero que conlleva sus riesgos y duras jornadas "laborales".
También exploramos los exteriores en busca de otras cavidades. En ellas tenemos especial atención a la posible presencia de tanto material arqueológico, paleontológico, arte rupestre, etc... y por supuesto buscamos posibles pasos obstruidos.
Y no podemos olvidar el estudio de nuestros ríos y barrancos, ellos llevan el alma de nuestra pasión y son el principal motivo de nuestras exploraciones; su recorrido subterráneo que han realizado con el paso del tiempo y las cicatrices que han dejado en nuestras montañas.
Sakon Espeleologia Taldea Noain Elortzibar
Texto y fotos de Oscar Sicilia