miércoles, 27 de enero de 2016

Nudo Joanet, nuevo nudo para la espelología. Juan Ojeda

Nuestro amigo Juan Ojeda nos propone este nuevo nudo para nuestras actividades en espeleología, llamado nudo Joanet. Las ventajas de este nudo, según su autor, nos permitirán ahorrar en material a la hora de realizar nuestras instalaciones. El nudo se realiza de forma rápida y una vez acabado nos proporciona además un seguro donde anclarnos.  Un buen trabajo que Juan Ojeda quiere compartir con todos nosotros. Enhorabuena por tu trabajo!


jueves, 21 de enero de 2016

Cueva y Sima de Mendikute, Albiztur. Guipúzcoa

El 20 de febrero del 2.010, un grupo de espeleólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, formado por Natxo del Cura y Jose Antonio Garcia, reciben el encargo de estudiar la cueva de Mendikute por conocerse de un gran derrumbe de roca en el final de la galería principal. Como resultado de dicha exploración, se realizó la topografía de la cavidad, encontrando dos nuevas y pequeñas galerías. Aparte se localizó la cueva de Txorrote y de casualidad la sima de Mendikute, llamada así por su relativa proximidad a la cueva.  


Seis años después retorno al lugar acompañado de miembros del grupo Sakon, Sasitroka  y mi compañera Tamara. Para abrir el "apetito" empezamos con la cueva de Mendikute. Un mar de nubes nos recibe entre un paisaje bañado de arces, avellanos, endrinos y roca caliza.
 

Nos encontramos al sur del monte Ernio, en el término municipal de Abiztur, protegido en su cara norte por el macizo de Ernio, al sur el monte Intxurre, al este el monte Uzturre y al oeste Bidegoain. El monte es propiedad privada y pertenece al caserío Arrospide Zaharra.  




Vídeo de la salida.


Localizamos la cueva y sin más preámbulos entramos. 


Siento un sabor amargo con la visita a Mendikute. La facilidad para entrar en ella solo ha servido para estropear sus paredes con estúpidos graffitis del siglo XXI... es tal nuestra ignorancia... 


El vestíbulo de entrada es idóneo para la vida. Está cubierto de sedimento terrígeno proveniente del exterior. Hay restos de animales, ya que debe de servir de refugio con cierta asiduidad. 


Podemos ver una excavación o "cata" en busca de restos prehistóricos. También encontraron restos de huellas del Oso de las Cavernas.


Del vestíbulo parte una galería que continua unos 90 metros en horizontal y termina en una rampa de unos 12 metros. 



Esta galería fósil horizontal, se trata de una sucesión de distintos espeleotemas, donde es de destacar los numerosos gours a lo largo de su desarrollo. 


Dos galerías salen en los laterales de la galería principal que ya fueron topografiados por nosotros anteriormente, pero su acceso es difícil y de poco interés. El primero parte desde el punto en que se unen galería principal y la sala del derrumbe. Tras destrepar el estrecho primer tramo de un par de metros, llegamos a una salida de 5 x 5 del que parten un par de cortas galerías, una de las cuales desciende hasta la cota -13 donde encontramos gran cantidad de agua en un pequeño pozo de un par de metros de profundidad.


El segundo lateral que encontramos, se desarrolla hacia la mitad de la galería, y es muy similar al anteriormente descrito.


Fijándonos bien podemos encontrar zarpazos de osos en varios lugares. Comentar también la posibilidad de que esta cueva conectara con una sima existente en el alto del monte, actualmente taponada de piedras, junto al Castro Medieval de Mendikute, pudiendo ser también una fábula conocida en el lugar. 


Topografía de la cueva de Mendikute.


Ya entrados en calor, localizamos la sima de Mendikute. Estaba sin instalaciones de ningún tipo porque nosotros cuando la descubrimos utilizamos naturales, pero esta vez Markaida se va a trabajar a taladro una cabecera en condiciones. 



La boca de la sima tiene unas dimensiones de 3 x 1,5 y una vertical de entrada de 13 metros. Colocamos un desviador para evitar el roce.




Bajado el pozo descendemos por una pequeña rampa de piedras con restos de huesos y pequeños habitantes.





Y para recibirnos con un poco más de gusto, estas bonitas estalactitas con unas formas redondeadas bastantes curiosas, colgando de la sala principal en la que nos encontramos. 



Si nos fijamos bien en las paredes, podemos encontrar este pequeño artrópodo. Se trata de un pseudo escorpión; un ser prehistórico viviente con millones de años de existencia bajo tierra, en la más absoluta oscuridad. Si nos encontramos con un ejemplar, es nuestro deber tenerle el máximo respeto. Bastante le molestamos ya con nuestra visita bañada en potente luces. 





Esta sala principal donde nos encontramos, está formada en ligera pendiente descendente, y se han ido acumulando bloques en su zona inferior, acuñándose estos entre la pared y el suelo de la cavidad. En la parte mas baja de ella, encontramos un pequeño salto vertical de unos diez metros donde podemos optar por destrepar, para los más fuertes, o usar la instalación recientemente puesta... lo más aconsejable. 




Este paso de bajada resulta relativamente incómodo. En su base proseguimos descendiendo por un conducto, estrecho al comienzo, que se va ensanchando a medida que descendemos por él. Observamos en esta zona puntos de goteo (infiltración dispersa), que embarran un poco la galería. 


Mediante una serie de rampas un poco embarradas y varios pasos estrechos, se accede a una segunda sala de mayores dimensiones que la primera, siendo esta de 58 metros de largo por 18 de ancho. Aquí se encuentran las más bellas formaciones de la cavidad: estalactitas, estalagmitas, gours, coladas, pavimento estalagmítico y una gran banderola. 




















Al principio de la sala tenemos todo este espectáculo de formaciones, la segunda zona de esta, no tiene formaciones. El suelo a partir de aquí es una mezcla de barro y arena. A medida que descendemos por la sala, el techo se vuelve cada vez mas bajo hasta hacerse impenetrable.


 

Aquí termina nuestra visita. Ya de vuelta usamos para volver la antigua calzada romana que por aquí transcurre. 




Muchas gracias a Ion, Joanes, Amaia, Oscar Sicilia de Sakon y Markaida de Sakitroka y Sakon. 



Le quiero dedicar especialmente esta publicación a Tamara, por ser tan valiente y atrevida. Gracias por acompáñame en esta vida. Contigo me siento especial.   


Texto de Jose Antonio García.

Fotos de Markaida, Oscar Sicilia y Jose Garcia.

jueves, 14 de enero de 2016

Cueva Llueva, Cantabria

Salida organizada por el grupo Cota Mínima Cantabria a la cueva de Llueva en Matienzo, Cantabría.


Son las cinco de la mañana cuando suena el despertador. Tenemos que hacer casi 250 kms para llegar a Bádames, localidad cercana a  Cueva Llueva. A las 6:30 estamos puntuales en Etxarri-Aranaz, el punto de concentración de donde salimos junto a nuestro amigo Iñigo de los Kat Team. A las nueve y media se irá conformando el grupo según van llegando otros espeleólogos, de Cota Mínima Cantabria y Espeleogel de la Rioja. 


Para llegar a la cueva, nos adentramos en un bosque selvático en el cual se deja ver una senda desdibujada y por el cual, en menos de cinco minutos, llegaremos a una gran hondonada cerrada por un promontorio rocoso de donde cuelgan numerosas lianas.


Localizaremos la boca de entrada en el lateral izquierdo a un par de metros de altura y sin tiempo para entrar en calor, las estrecheces nos recibirán.


Desde el principio caminaremos agachados o a cuatro patas para luego arrastrarnos por dos laminadores. 


Sin descanso nos encontraremos en el suelo con una gatera a la que tendremos que entrar de cabeza hacia abajo para recuperar la horizontalidad poco después.



Se supera con una buena dosis de control mental y tras unos metros de sufrimiento, la gatera se irá ampliando y un poco más adelante nos dará la oportunidad de sentarnos y ponernos todo el equipo de progresión vertical para coger un pasamanos y a continuación descender un pozo de 10 metros. 



Ahora nos encontramos en una galería de unos 20-30 metros de anchura con un caos de bloques que descenderemos acercándonos al rio y luego tendremos que volver a subir. Algunos evitaran este tramo utilizando un pasamanos que encontraremos en la pared izquierda. 
Continuaremos caminando hacia el oeste aunque lo de caminar es un verbo demasiado simple para describir nuestra actividad: sortear los distintos bloques, trepar y destrepar, caminar por un suelo arenisco. De vez en cuando aparecerán distintas formaciones que nos irán avanzando lo que más adelante encontraremos.


Tras recorres unos 200 metros desde el primer pozo encontraremos en la pared derecha un cuerda por la que ascenderemos 5 metros abandonando la amplia galería para recorrer ahora una serie de estrechas y laberínticas galerías.




Iremos encontrando la salida descendiendo de manera bastante incómoda para luego en un paso bastante gimnástico y ayudándonos de una cuerda bajar otros cuatro metros para enfangarnos en un paso laminador lleno de barro y una gatera que se abrirá y que nos llevara a unos pasos desfondados que superaremos llevándonos a una mini sala donde encontraremos una colección variopinta de herramientas utilizadas en la desobstrucción: maza, barra de uña.





Todavía nos queda un tramo parcialmente complicado hasta encontrarnos en una amplia galería que nos acercará hacía la sala “The edge of Darkness” encontrándonos en el camino diversas formaciones pero donde destacan los largos macarrones.


 Finos macarrones de una longitud excepcional que en algún caso llega hasta el suelo.  El techo de la galería, a partir de este punto, se ha caído y por eso no encontraremos más formaciones hasta llegar al final de la galería después de otros cien metros de ligera ascensión.




El camino en algunos tramos está bien señalizado para evitar salirnos y provocar daños innecesarios a los cristales de yesos. 



Llegaremos a una zona donde nace una galería descendente hacia el noroeste mientras que la galería principal toma otra dirección.


 En ese punto encontraremos las mejores coladas y especialmente los macarrones más espectaculares que hayamos visto.







 Descansaremos sin prisa contemplando la belleza de las coloridas coladas y de los bellos macarrones para después volver sin grandes complicaciones gracias a la buena orientación de nuestros excelentes compañeros.


 Tuvimos que sufrir nuevamente en los tramos más complicados: pasos desfondados, el laminador enfangado y las gateras del final de la cueva.






Y por fin la salida por Cueva Llueva



Texto y fotos de Xabier Azanza y Josean Carmona.