En la cara norte de la sierra de Andía, cerca del mirador de Lizarraga, entre el túnel de la carretera y la Peña de Sarasa, se encuentra esta cavidad escenario de las guerras Carlistas.
La cavidad se encuentra en una de las repisas, en la parte superior del gran cortado, con bellas vistas sobre el valle, el monte Beriain con la ermita de San Donato y San Cayetano y enfrente Aralarde.
Mikel Zabalza en busca de la Usaide el año 2010
En esta ocasión Iñigo y Julen de los Kat Team Espeleología y Barrancos nos enseñaron una nueva forma de descender a su entrada, directamente desde el alto de la sierra, por la vía del Cuervo.
Para llegar, dejaremos los coches junto a la sima Artzubide Beorlegi, en el camino que sube a mano derecha, llegando desde Lizarra al túnel de Lizarra, en un pequeño parking antes de la señal de prohibido circular. Subiremos por la pista hasta llegar a la balsa de Sarasa, donde giraremos al norte encontrándonos en el borde del precipicio y una cascajera muy suelta que nos permite acceder por un gran balcón al otro lado del farallón.
En una mole de roca poco estable, pondremos una cinta donde atar la cuerda que nos permitirá bajar la cascajera hasta la primera repisa, donde tres seguros proporcionarán a la cuerda la seguridad necesaria para continuar. Seguiremos bajando a una repisa donde encontraremos algún spit bien colocado por expertas manos y en la siguiente repisa el balcón nos permitirá ver San Donato, Aralar y Ergoiena, allí abajo. Rapelaremos hasta otro fraccionamiento y una vez superado éste descenderemos un rapel aéreo hasta el suelo.
La repisa en la que encontraremos la cavidad, está en pendiente y no resulta muy cómoda. En caso de nieve o lluvia, la posibilidad de resbalar es muy alta. En cualquier caso es aconsejable instalar un pasamanos de seguridad.
La cavidad se encuentra en una de las repisas, en la parte superior del gran cortado, con bellas vistas sobre el valle, el monte Beriain con la ermita de San Donato y San Cayetano y enfrente Aralarde.
Mikel Zabalza en busca de la Usaide el año 2010
En esta ocasión Iñigo y Julen de los Kat Team Espeleología y Barrancos nos enseñaron una nueva forma de descender a su entrada, directamente desde el alto de la sierra, por la vía del Cuervo.
Para llegar, dejaremos los coches junto a la sima Artzubide Beorlegi, en el camino que sube a mano derecha, llegando desde Lizarra al túnel de Lizarra, en un pequeño parking antes de la señal de prohibido circular. Subiremos por la pista hasta llegar a la balsa de Sarasa, donde giraremos al norte encontrándonos en el borde del precipicio y una cascajera muy suelta que nos permite acceder por un gran balcón al otro lado del farallón.
En una mole de roca poco estable, pondremos una cinta donde atar la cuerda que nos permitirá bajar la cascajera hasta la primera repisa, donde tres seguros proporcionarán a la cuerda la seguridad necesaria para continuar. Seguiremos bajando a una repisa donde encontraremos algún spit bien colocado por expertas manos y en la siguiente repisa el balcón nos permitirá ver San Donato, Aralar y Ergoiena, allí abajo. Rapelaremos hasta otro fraccionamiento y una vez superado éste descenderemos un rapel aéreo hasta el suelo.
La repisa en la que encontraremos la cavidad, está en pendiente y no resulta muy cómoda. En caso de nieve o lluvia, la posibilidad de resbalar es muy alta. En cualquier caso es aconsejable instalar un pasamanos de seguridad.
Nosotros hemos usado una cuerda de 100 metros en total para toda la instalación de la vía.
La boca de la cueva es de unos 6 x 3 metros y está cubierta de vegetación, sobretodo en verano con las ortigas. En una de las pequeñas oquedades de la entrada se encontró una antorcha antigua formada por una madera que en su parte superior estaba recubierta por algún tipo de cera o grasa endurecida.
Una vez dentro, una amplia galería de muy cómodas dimensiones discurre unos 150 metros hasta encontrar la sima. Este trayecto es básicamente horizontal, encontraremos una sala con algunas formaciones, pero sin mucho interés.
Si observamos bien podemos ver pequeñas excavaciones o catas arqueológicas, (o "expoliólogos"?). En su interior se encontraron huellas de Ursus Espeleus. Comentar a este último respecto que no debemos intentar buscarlas, ni aquí, ni en ninguna otra cavidad en la cual sepamos de su existencia. Con nuestra torpeza innata solo haríamos que destruirlas... imaginaos pisando sin querer una de estas huellas...
Llegados al final de la galería encontraremos la sima de unos 30 metros.
Mientras los compañeros instalan una complicada cabecera por la poca seguridad que nos proporciona la roca reforzando la misma con algunos naturales, nos dedicaremos a contemplar murciélagos hibernando, alguno solamente a 20 cms del suelo. Contamos cinco de ellos destacando algún ejemplar por su pequeño tamaño. Inicialmente destreparemos algunos metros de colada para luego posteriormente descolgarnos hacia la derecha y finalmente bajar unos 20 metros hasta posarnos en una gran colada que nos permitirá subir a otra galería horizontal y también descender a buscar los lagos inferiores.
Optaremos por subir. Los más valientes sin usar cuerda para ello porque la colada permite subir sin problemas pero otros optamos por una mayor seguridad. Nos instalarán una cuerda para cómodamente acceder a una galería horizontal donde vemos grandes desprendimientos, bellas formaciones y un acechante pozo que se abre a nuestra izquierda. Otro pasamamos nos permitirá seguir subiendo ahora por la derecha y tras colarnos detrás de unas columnas llegar a una pequeña sala con muchas posibilidades de exploración: algún paso expuesto permite seguir subiendo a los más valientes, otros optaremos por algún paso más estrecho que nos subir a alguna nueva sala con alguna estrechísima ventana.
Con cuidado y asiéndonos a las cuerdas descenderemos sin mayores complicaciones dejando atrás una de las zonas de mayor belleza. Intentaremos alcanzar la galería inferior bajando con cuidado una gran colada con buenas columnas, estalactitas, estalagmitas y algún pequeño gours.
Una cómoda gatera nos permitirá acceder a una gran sala por la que seguirá descendiendo una gran colada con diversas formaciones que nos ayudarán a seguir bajando hasta un pequeño lago. Por el lado derecho será posible ascender y seguir explorando en busca de otras galerías. Siguiendo el descenso llegaremos hasta el lago final donde pondremos fin a nuestra exploración.
Una cómoda gatera nos permitirá acceder a una gran sala por la que seguirá descendiendo una gran colada con diversas formaciones que nos ayudarán a seguir bajando hasta un pequeño lago. Por el lado derecho será posible ascender y seguir explorando en busca de otras galerías. Siguiendo el descenso llegaremos hasta el lago final donde pondremos fin a nuestra exploración.
Repondremos fuerzas comiendo y bebiendo antes de iniciar la salida. Ascender por la cuerda será una tortura especialmente por la cantidad de agua que nos empapa totalmente. Una cascada de agua que en el descenso nos había salpicado en alguna ocasión, cae sobre nuestras cabezas entorpeciendo el ascenso. Superado este escollo, alcanzar la boca no tendrá complicaciones.
La luna llena nos dará la bienvenida al salir al exterior y veremos allá abajo las luces de las diversas localidades de Sakana y allí arriba distinguiremos claramente la silueta de Berian y la ermita de San Donato en lo más alto. Todavía nos quedará ascender hasta las campas de Andia, tarea que no será fácil. A las nueve y media de la noche, alumbrados por la luna llena, nos secaremos y cambiaremos de ropa terminando la jornada espeleológica de hoy.
Topografía del Catálogo Expelológico de Navarra.
Participantes, empezando por la derecha: Iñigo, Julen, Alfredo, Mikel, Xabier y Josean.
Fotos de Sakon y Kat Team
Texto de Xabier Azanza.
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