Felicitamos a los padres de Aurkene, quien con siete meses de vida, desde el vientre materno y de alguna manera muy especial, ha sabido guiar a su padre hasta este nuevo descubrimiento, convirtiéndose así en la socia más benjamín del Club.
Un padre paseando por la montaña a pocos meses de dar a la luz su mujer, poco más puede estar pensando que en su hija... como serán sus ojos, imaginársela, prepararse para recibirla, una nueva vida.... de repente un ruido leve lo detiene. Una sima le llama la atención, de ella sale un sonido de agua o fuerte viento.
Y como nada es por casualidad, llega un día que casualmente vamos a visitar una simas en la zona, con dicho padre, el cual va y nos dice: "Mira, casualmente por aquí estaba la sima esa que os comenté que se escuchaba agua en su interior". Cómo no, el cambio de planes es radical... y por casualidad.
A pie de sima taponada todos estamos de acuerdo en que el sonido es muy probablemente el de una caída de agua. La emoción es máxima y nos ponemos a cavar por turnos.... esta vez hay que sacar número y darse codazos por bajar a trabajar.
No hemos traído las mejores herramientas para trabajar con la estrechez, encima aunque en las fotos no se aprecie, excavamos de frente para abajo, muy incómodo para sacar tierra. Pero el ruido cada vez más fuerte del agua nos da a todos una fuerza especial.
Tras mochilas y mochilas de tierra, se aventura un nacimiento. Todos nos estamos imaginando el río subterráneo, su cascada, sus ojos, su boca, su pelo.... Aurkene nos tiene a todos soñando de verdad.
Después de cinco horas de trabajo, una pregunta de TurboMercedes nos pone a todos la piel de gallina.... "¡Chicos, ahora las piedras las tiro para el río o las sacamos para afuera!". Mercedes no puede ver el río pero si escucharlo a unos cinco metros, tras una barrera final.
Hay que hacer un Stop en este momento para explicar algo más importante que continuar contando nuestra historia.
En ese preciso momento del pre-descubrimiento, y tras seis horas de compartir y disfrutar de lo lindo con nuestro trabajo, llega el momento del compañerismo. Estamos a punto de ver a Aurkene nacer y es un momento compartido por todos. TurboMercedes decide salir y ofrecer el honor a otro. En un ejemplo más del bonito día de compañerismo que estamos viviendo.
El llanto del agua que desde las entrañas de la tierra nos llamó, no se trataba de ninguna gran cascada, al contrario, solo el pequeño correr del río.
Por uno de los sentidos nos topamos con una zona tapada con piedras, por donde el agua se infiltra. Por el sentido contrario nos cuesta avanzar por no llevar neoprenos y llegarnos el agua hasta casi el pecho en algunos puntos.
Los que se aventuran a meterse en el cauce sufren las delicias de probar un agua virgen y sobretodo muy fría. En unos pocos minutos sentimos hasta pinchazos en las piernas.... así imposible hacer fotos de calidad.
Finalmente, tras unos treinta metros muy largos para nosotros, nos detiene un sifón.
Con grandes nervios, intentamos con los frontales visualizar la continuación del sifón sin éxito.... es hora de acabar el día, que por cierto ha sido de infarto.
La salida se hace más dura que la entrada; la sonrisa que llevamos de oreja a oreja dificulta nuestro paso....
Queda una última sorpresa. Una observación muy inteligente y de primera, de nuestro compañero Manu: el agua va en dirección opuesta a..... ¡secreto!. ¡Uffffff, que lío! Quizás el agua dé tantos cambios como la vida....
Debido al gran barrizal que hemos montado en nuestra visita y entre bromas, decidimos visitar una cueva cercana con circulación de agua en su interior con la vaga posibilidad de ver venir enturbiado su cauce, pero nada.
En conclusión puede que estemos ante algo grande que incluso pueda llegar a superarnos. Así que toca seguir soñando... y alguno toca no poder dormir por las noches.
Sakon Espeleologia Taldea
Fotos de Manu Ibarreta, Isma Santos y Oscar Sicilia
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