No hay mejor regalo para un espeleólogo que encontrarte un pastor paseando por la sierra de Aralar. Si además está lloviendo, pasaba de casualidad con su vehículo por la carretera y se para a conversar con nosotros... ¿es un milagro? Este vecino de la zona nos puso los dientes largos, nos habló de la simas que conocía, un agujero que soplaba... y Joseba pudo contrastar algunas incógnitas de la zona; entre ellas, la de una misteriosa escalera abandonada en el bosque.
("Mirad chicos! Ahí está la sima, ¿a que no la veis? Joseba. )
Será porque esta sierra está muy estudiada por los grandes grupos de espeleología navarros, que no nos anima mucho a venir por aquí, más todavía si los trabajos prospectados de la zona son muy difíciles de constrastar, o sea, que para nosotros es una locura entrar a explorar posibles simas que ya están exploradas....
("... estás seguro Joseba que debajo de este Helecho hay algo? Déjame ir a la sima que está detrás, que esa sí que tiene buena pinta... Antonio y Oscar.")
Pero gracias a los estudios que nuestro compañero Joseba está realizando en la zona, encontró un pequeño agujero cerca de una dolina, el cual no está catalogado. Sus compañeras de alrededor son BA-1, BA-2 y BA-3, así que a esta le hemos puesto BA-4.
("Aquí nos va a salir cualquier bicho.... voy a meter este palo. Antonio")
("Chicos... mientras os muerde un topo, voy a mirar la otra por si te dejaste algo de ver...que pinta mejor jejeje. Oscar)
Razón tenía Joseba...
BA-4, Aralar
De vuelta, mis compañeros ya tienen todo preparado. Una vez limpiada la entrada, la pequeña sima pinta mejor.
En esta ocasión Antonio hace los honores.
Bajados unos 10 metros encontramos dos direcciones, una impracticable y la otra muy estrecha.
Antonio prueba el paso pero es realmente estrecho, a parte de hacer un giro malo para el cuerpo.
No estamos locos, sabemos lo que queremos.... resulta que un ruido de agua proveniente del otro lado, a tipo de pequeña cascada, levantó todas las fuerzas que teníamos para forzar el paso.
Probando y probando, al final pasamos Antonio y Oscar a otra pequeña sala, donde efectivamente venía un pequeño aporte de agua. Esta pequeña sala solo daba para estar de pie ambas personas y sin casi moverse. Encima de nuestras cabezas en forma de rampa, otro paso estrecho, esta vez de subida y en barro. Al otro lado una sala de mayor tamaño con otro aporte todavía mayor que la ante sala. Para subir tuvimos que "picar" el barro y "escalar" a mi compañero Antonio. Total para nada, puesto que el agua se filtra y desaparece. En esta parte final fue imposible hacer fotos.
¿El último Alimañero de Aralar?
¿Y la historia de la escalera? ¿Qué hace una escalera en medio del bosque? Enigma resuelto. Si no entendimos mal, hace unos treinta años murió este personaje, el último Alimañero de Aralar, vecino de Lekumberri y de profesión electricista. Según cuentan, sus horas libres se las pasaba cazando Lirones y otras "alimañas", y cuando decimos "horas libres", al parecer eran todas, de día y de noche. Su jubilación la debió pasar entre estos bosque hasta al final de sus días.
Al parecer, estos pequeños roedores son un manjar.
Según el pastor, esta y otras especies se están propagando de manera preocupante por la falta de depredadores naturales. Lo mismo pasaría con los jabalíes, si no los cazaran. No estoy a favor de la caza ni nunca lo estaré... sigo pensando que hacen falta más lobos, zorros y osos y menos humanos molestando. Y por cierto, quien quiera cazar que lo haga... pero que se fabrique su propio arco o lanza con los elementos del bosque... así es más justo. Ellos no tienen la culpa de haberles destrozado su hábitat. Ahora que molestan los exterminamos. Solo es una opinión personal.
Sakon Espeleologia Taldea
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